Peregrinación a Fátima

Salimos de Guadarrama a las 7:00 y tras alguna parada de rigor llegamos a Fátima a mediodía. Comimos, nos instalamos en el hotel, y salimos caminando para hacer el Vía Crucis. Después visitamos Aljustrel, el pueblo de los pastorcitos: entramos en las casas de los niños y visitamos algunos lugares donde hubo apariciones de la Virgen y del Ángel. Celebramos la Santa misa en la Capelinha. Después de cenar volvimos a la explanada para rezar el rosario de las antorchas y aunque llovió estuvimos muy contentos de participar junto a peregrinos venidos de todo el mundo.

En el segundo día de peregrinación: visitamos cada rincón del Santuario con las explicaciones de Diana, la guía, que nos fue relatando la historia de las apariciones. Visitamos las tumbas de los pastorcitos y pasamos la puerta santa del Jubileo.
Después de comer, nos acercamos a la Conunidad del Cenáculo: impresiona escuchar los testimonios de jóvenes rescatados de la calle, comenzando una vida con la única terapia de la oración, el trabajo y la vida comunitaria. La presencia de la Virgen nos hace poner a Jesús en el centro, que transforma nuestra vida.
Celebramos la Misa sólo nuestro grupo, dando gracias a Dios por todas las experiencias de estos días y poniendo en sus manos nuestros pocos panes y peces para que Él los transforme y multiplique.
Por la noche volvimos al rosario de la Capelinha, donde pudimos acompañar a la Virgen en la procesión de las antorchas en una noche inolvidable.
En el último día de nuestra peregrinación salimos de Fátima, de vuelta a España. En el viaje rezamos el rosario, recordando que la Virgen pidió en Fátima que se rece todos los días para encontrar la paz.
Hicimos parada en Ciudad Rodrigo, donde pudimos dar un paseo, conocer la localidad, visitar su catedral y disfrutar de una buena muestra de la gastronomía salmantina.
Llegamos a Guadarrama felices por haber vivido estos primeros días del mes de mayo en parroquia, como peregrinos, al lado de la Virgen María

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