«¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que recen por él y lo unjan con óleo en el nombre del Señor» (St 5,14)
Con este sacramento los enfermos son fortalecidos en su enfermedad y, los moribundos, reciben la asistencia necesaria para los últimos momentos de su vida aquí en la tierra. La Iglesia hace presente a Jesús, que nos acompaña en esos momentos de debilidad.
Para solicitarlo, pueden ponerse en contacto con los sacerdotes por email o por teléfono, dejando un mensaje en el contestador.