Peregrinación a Alba de Tormes y Salamanca

Los motivos de  nuestra excursión a tierras salmantinas fueron claros: primero intentar conseguir el Jubileo Teresiano, segundo y no menos importante, ayudar a nuestros jóvenes a recaudar dinero para su viaje a Lisboa , el próximo Agosto, para el encuentro con el Papa.

Sábado 25 de febrero, salimos de Guadarrama dirección Alba de Tormes. Durante el trayecto una de nuestras jóvenes catequistas expuso de una manera escueta y precisa la vida de Santa Teresa de Jesús, fue  una exposición muy dinámica  y entretenida, a continuación vimos el último capitulo de la serie de TV, todo ello nos sirvió para tener una noción de la vida tan ajetreada que tuvo la Santa.

Llegada a Alba de Tormes, ante el sepulcro de Santa Teresa, pudimos oír misa celebrada por nuestro párroco D. Daniel.

Visitamos la celda donde Santa Teresa murió el 04 de octubre de 1582 , estancia original del convento, hoy rehabilitada.

A continuación el Museo Carmelitano, está en la misma casa-convento fundada por Teresa de Jesús, con obras de arte renacentistas y barrocas -todas ellas de temática religiosa- pintura, escultura, orfebrería entre las que se encuentran lienzos, tallas, retablos, relicarios y marfiles de magnífica calidad.

Hay una gran la colección de figuras del Niño Jesús. Pero si hubiera que destacar una única obra, ésta sería la famosa Dolorosa que talló Pedro de Mena.

Después de mucho deambular, el cuerpo de la Santa (fue andariega en vida y muerte) se colocó en una caja y metió en una urna en el altar, adornada con dos ángeles y dos relicarios: con su brazo izquierdo y su corazón que aún hoy en día siguen custodiados por 10 llaves.

Después de una buena comida, paseo por la ciudad. Comenzamos viendo la fachada de la Casa Lis, con sus extraordinarias vidrieras. Dejando atrás el puente romano y el rio Tormes, a un lado la estatua del Lazarillo Tormes.

Fuimos subiendo hacia las Catedrales, la Nueva y la Vieja, vimos al Astronauta en la fachada de la Nueva, a unos metros de allí, la Universidad con su fachada plateresca, tallada en piedra donde vimos la archiconocida rana sobre la calavera. Justo al lado está las Escuelas Menores, donde se encuentra el Cielo de Salamanca. Hay una variada muestra de Vítores en las fachadas, con esa típica letra roja,  emblema  conmemorativo  de  quienes  obtenían  el título de doctor.

Recorrimos las calles de Salamanca, con un guía excepcional que nos enseño La Casa de La Conchas, la Plaza Mayor, la Universidad Pontificia de la que guarda grandes recuerdos de ser buen estudiante.

Por supuesto, hubo compras de productos típicos salmantinos, recuerdos de la santa, etc.

El viaje de vuelta también fue muy ameno, por que las jóvenes catequistas nos ofrecieron la posibilidad de jugar al Bingo «autobusero», una forma singular de conseguir dinerillo para su ansiado viaje a Lisboa.

Creo, sin duda, que nos quedamos con un buen sabor de boca y con ganas de futuros viajes.

 

Publicaciones Similares